Comité del pueblo
Problemática
Ubicación de la parroquia Comité del pueblo
En los últimos años se ha observado la gran variación
urbanística, modificación de espacio, recreación de nueva edificaciones, en
cuanto a fauna se refiere de igual forma en la actualidad muestra un buen cambio
en relación a años pasados, una visión decreciente de animales domésticos ha
sido notoria.
En el Comité del
Pueblo, amplio barrio popular del Norte de Quito, se amontonan familias que
vienen del campo esperando encontrar una vida mejor. Estas familias se
encuentran en estado de pobreza extrema, víctimas de su falta de capacitación,
del alcoholismo y del machismo, la mayoría de las mujeres son abandonadas por
su marido y están a cargo de muchos hijos.
Sin
recursos, sin instrucción, estas familias descompuestas no tienen nada que
transmitir a sus hijos: una vez llegando a la edad adulta, estos, solo podrán
reproducir la misma situación y transmitirla a su descendencia, es un ciclo sin
fin.
La autoconstrucción
de barrios como El Comité del pueblo obligó a reeditar prácticas
comunitarias como la minga y el trabajo
no remunerado de la familia y los amigos en tiempo libre, a esto se suma un
reconocimiento que se hace la gente mutuamente sobre el esfuerzo económico que
se sostiene a “pulso” (en base de ahorros, préstamos informales y en menor
medida préstamos bancarios), fomentando así un tipo de unión colectiva que a decir
de mis entrevistados se enfría cuando el barrio cuenta con lo necesario, pero
que resultará clave para entender cierta predisposición comunitaria para
enfrentar temas de seguridad y puntualmente para desarrollar un sentimiento de
propiedad sobre un espacio público como lo es el parque.
La
autoconstrucción no fue tarea fácil para “El Comité del pueblo”, ya en 1990 más
de la mitad de socios habían vendido su lugar dentro de la cooperativa y los
dirigentes evaluaban la posibilidad de ser reconocidos como barrio del
“Distrito Metropolitano de Quito” con el fin de implementar obras que eran
urgentes y que no se habían podido solucionar hasta esa fecha: alumbrado
público, vialidad, semaforización y señalización de tránsito, aéreas de
recreación y seguridad. El Municipio acoge al sector dentro de su responsabilidad
en el año de 1998 y dos años más tarde se inauguran las primeras obras públicas
municipales: la implementación de juegos recreativos, canchas deportivas y un cerramiento
para el parque que la urbanización había mantenido como área verde (área aproximada
de 1000m2), una casa comunal y un PAI (puesto de Auxilio Inmediato, actualmente
UCP Unidad de Policía Comunitaria).
Las construcciones son cada vez mas peligrosas si ocurre un desastre natural |
Paradójicamente,
la readecuación de un área recreativa para “El Comité del pueblo” implicó varios
problemas de convivencia, la implementación del parque hizo de “El Comité del
pueblo” un punto de encuentro de la gente de barrios vecinos que carecían de tales
instalaciones, “aquí venían gente de todo lado: de El Edén, de la Quintana y de
La Victoria”, el parque es identificado por este dirigente barrial como el comienzo
de problemas de seguridad inéditos en el sector.
En las noches es muy inseguro transitar por las vias |
El
comité barrial intentó contrarrestar esta situación construyendo un puesto de vigilancia
y contratando un guardia de seguridad que se ubicaba en la esquina interior del
parque, al mismo tiempo aumentaron la intensidad de la iluminación pero nada de
esto había dado mayor resultado.
Apenas
empieza la noche, el temor aumenta entre los vecinos y los comerciantes del
Comité del Pueblo y de La Bota, sectores populares del norte de Quito. Aseguran
que las calles se tornan más inseguras y aumenta el riesgo de ser asaltados.
Pasado las 19:00, la avenida Jorge Garcés, una suerte de columna vertebral del
Comité del Pueblo, es el centro de la actividad comercial que se concentra a lo
largo de cinco cuadras de la arteria. En las viviendas y veredas de la avenida
funcionan tiendas, panaderías, restaurantes, ferreterías, almacenes de
electrodomésticos y de ropa, discotecas, ventas ambulantes, etc. Hasta allí
acude gente de Carapungo, Calderón, Llano Chico y otros sectores. Hay
movimiento de lunes a domingo, con mayor intensidad entre las 19:00 y 22:00. Y
los moradores atribuyen a que esa afluencia también atrae a los desconocidos
que se dedican, sobre todo, al microtráfico de drogas, a los asaltos y robos.
Son las vías de mayor recurrencia pero tienen igualmente un desgaste muy notable |
La instalación de Sistemas de Alarmas Comunitarias, en los diferentes barrios de la ciudad, permite entregar a la ciudadanía una herramienta de disuasión y prevención que mejorará la seguridad, mediante el uso adecuado de este sistema. Los vecinos y vecinas de esta zona cuentan con tecnología moderna para enfrentar la inseguridad y es producto de la organización comunitaria
La Alarma Comunitaria
es un instrumento de carácter disuasivo que faculta, a moradores de un
determinado sector, generar una señal de alerta que permitirá prevenir delitos.
En esta
Administración Zonal se implementaron planes y proyectos como: Comités de
Seguridad (135 comités), Mi Escuela se Prepara (120 establecimientos educativos),
Iluminación, Gestión de Riesgos (sensibilización comunitaria), Relocalización
(77 familias), Sistemas de Alerta Temprana (2 pluviómetros instalados) y las
construcciones de UPCs, Espacios Públicos Seguros, Unidad Multiusos y Muros.