miércoles, 16 de octubre de 2013

Comité del pueblo


Comité del pueblo
Problemática

Ubicación de la parroquia Comité del pueblo

En los últimos años se ha observado la gran variación urbanística, modificación de espacio, recreación de nueva edificaciones, en cuanto a fauna se refiere de igual forma en la actualidad muestra un buen cambio en relación a años pasados, una visión decreciente de animales domésticos ha sido notoria.




En el Comité del Pueblo, amplio barrio popular del Norte de Quito, se amontonan familias que vienen del campo esperando encontrar una vida mejor. Estas familias se encuentran en estado de pobreza extrema, víctimas de su falta de capacitación, del alcoholismo y del machismo, la mayoría de las mujeres son abandonadas por su marido y están a cargo de muchos hijos.
Sin recursos, sin instrucción, estas familias descompuestas no tienen nada que transmitir a sus hijos: una vez llegando a la edad adulta, estos, solo podrán reproducir la misma situación y transmitirla a su descendencia, es un ciclo sin fin.

La autoconstrucción de barrios como El Comité del pueblo obligó a reeditar prácticas comunitarias  como la minga y el trabajo no remunerado de la familia y los amigos en tiempo libre, a esto se suma un reconocimiento que se hace la gente mutuamente sobre el esfuerzo económico que se sostiene a “pulso” (en base de ahorros, préstamos informales y en menor medida préstamos bancarios), fomentando así un tipo de unión colectiva que a decir de mis entrevistados se enfría cuando el barrio cuenta con lo necesario, pero que resultará clave para entender cierta predisposición comunitaria para enfrentar temas de seguridad y puntualmente para desarrollar un sentimiento de propiedad sobre un espacio público como lo es el parque.





La autoconstrucción no fue tarea fácil para “El Comité del pueblo”, ya en 1990 más de la mitad de socios habían vendido su lugar dentro de la cooperativa y los dirigentes evaluaban la posibilidad de ser reconocidos como barrio del “Distrito Metropolitano de Quito” con el fin de implementar obras que eran urgentes y que no se habían podido solucionar hasta esa fecha: alumbrado público, vialidad, semaforización y señalización de tránsito, aéreas de recreación y seguridad. El Municipio acoge al sector dentro de su responsabilidad en el año de 1998 y dos años más tarde se inauguran las primeras obras públicas municipales: la implementación de juegos recreativos, canchas deportivas y un cerramiento para el parque que la urbanización había mantenido como área verde (área aproximada de 1000m2), una casa comunal y un PAI (puesto de Auxilio Inmediato, actualmente UCP Unidad de Policía Comunitaria).


Las construcciones son cada vez mas peligrosas si ocurre un desastre natural


Paradójicamente, la readecuación de un área recreativa para “El Comité del pueblo” implicó varios problemas de convivencia, la implementación del parque hizo de “El Comité del pueblo” un punto de encuentro de la gente de barrios vecinos que carecían de tales instalaciones, “aquí venían gente de todo lado: de El Edén, de la Quintana y de La Victoria”, el parque es identificado por este dirigente barrial como el comienzo de problemas de seguridad inéditos en el sector.

En las noches es muy inseguro transitar por las vias


El comité barrial intentó contrarrestar esta situación construyendo un puesto de vigilancia y contratando un guardia de seguridad que se ubicaba en la esquina interior del parque, al mismo tiempo aumentaron la intensidad de la iluminación pero nada de esto había dado mayor resultado.

Apenas empieza la noche, el temor aumenta entre los vecinos y los comerciantes del Comité del Pueblo y de La Bota, sectores populares del norte de Quito. Aseguran que las calles se tornan más inseguras y aumenta el riesgo de ser asaltados. Pasado las 19:00, la avenida Jorge Garcés, una suerte de columna vertebral del Comité del Pueblo, es el centro de la actividad comercial que se concentra a lo largo de cinco cuadras de la arteria. En las viviendas y veredas de la avenida funcionan tiendas, panaderías, restaurantes, ferreterías, almacenes de electrodomésticos y de ropa, discotecas, ventas ambulantes, etc. Hasta allí acude gente de Carapungo, Calderón, Llano Chico y otros sectores. Hay movimiento de lunes a domingo, con mayor intensidad entre las 19:00 y 22:00. Y los moradores atribuyen a que esa afluencia también atrae a los desconocidos que se dedican, sobre todo, al microtráfico de drogas, a los asaltos y robos.




Son las vías de mayor recurrencia pero tienen igualmente un desgaste muy notable


La instalación de Sistemas de Alarmas Comunitarias, en los diferentes barrios de la ciudad, permite entregar a la ciudadanía una herramienta de disuasión y prevención que mejorará la seguridad, mediante el uso adecuado de este sistema. Los vecinos y vecinas de esta zona cuentan con tecnología moderna para enfrentar la inseguridad y es producto de la organización comunitaria
La Alarma Comunitaria es un instrumento de carácter disuasivo que faculta, a moradores de un determinado sector, generar una señal de alerta que permitirá prevenir delitos.


En esta Administración Zonal se implementaron planes y proyectos como: Comités de Seguridad (135 comités), Mi Escuela se Prepara (120 establecimientos educativos), Iluminación, Gestión de Riesgos (sensibilización comunitaria), Relocalización (77 familias), Sistemas de Alerta Temprana (2 pluviómetros instalados) y las construcciones de UPCs, Espacios Públicos Seguros, Unidad Multiusos y Muros.


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